domingo, diciembre 23, 2018

Salmo 1



LOS DOS CAMINOS

Dichoso aquel que no sigue
la senda de los impíos,
el pecado no persigue
y no hay nada que lo ligue
a cínicos albedríos.

Dichoso el que se complace
en la Verdad del Amor,
que es la pureza interior
y eterna en que se nos hace
a imagen del Creador.

Dichoso aquel hombre manso
que la Ley de Dios susurra,
cuando en el mercado curra
o cuando encuentra descanso.

Él es el árbol fecundo
plantado firme delante
del noble río abundante
lejos del ruidoso mundo.

Y allá pleno, bardo y verde,
no le abrasará el juicio
de aquel que, preso del vicio,
entre pecados se pierde...

¡Él, que es justo
igual que el fértil arbusto,
va ligero de equipaje
por amor, por fe, por gusto,
y así nunca
jamás se seca o se trunca
ni se amustia su follaje!

Jesús María Bustelo Acevedo

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