lunes, abril 20, 2015

Lotería genética



Si pensamos que hay un gen que unos tienen y otros no (el gen del genio, por ejemplo), esa misma creencia va a determinar nuestro progreso en cualquier cosa que emprendamos (o nuestra falta de progreso). Además, si reconocemos unos determinados valores, talentos y capacidades (por ejemplo, los de ese genio, que suponemos provienen de dicho gen), entonces es que esos valores, talentos y capacidades no nos son ajenos, pues si no ¿cómo los íbamos a reconocer? ("Sólo un genio puede reconocer a un genio", como alguien dijo -no recuerdo quién-). Y si no nos son ajenas, es que están latentes en nosotros y pueden cultivarse. El gen del genio, por ejemplo, se manifiesta a través del ingenio (in-gen-io), que es la facultad de discurrir, inventar y crear más allá de lo supuestamente establecido por ese gen (si no siempre experimentaríamos lo mismo, como en un eterno retorno)... Otra cosa es que la Genética, como ciencia, estudie lo establecido (aquí vemos la contradicción: si estudias lo establecido, ¿cómo vas a "conocer" lo que no lo está?)... El deseo de establecer un ADN estático y definitivo responde a la idea de limitación que de sí mismo, de la vida y del Universo tiene el ser humano (idea que no es obligatoria tener, aunque lo habitual es que tendamos a tenerla y hasta nos asuste el infinito). La Genética convencional no puede reconocer un ADN dinámico de la misma manera que nuestros sentidos no reconocen el movimiento permanente de todas las cosas en el Universo. 

Jesús María Bustelo Acevedo

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