miércoles, enero 30, 2013

Animales



ANIMALES

¿Qué culpa tiene el burro de la ignorancia? 
¿Y cuál tendrá la zorra de lo inmoral? 
¿Por qué acusar al cerdo de esa fragancia? 
¿Por qué salvaje llaman a un criminal? 

¿Qué tiene la serpiente con los demonios? 
¿Y qué ha de ver el pavo con lo pueril? 
¿Por qué hablan de murciélagos en tus insonios? 
¿O culpan al borrego de lo servil? 

¿Por qué tigre le llaman a la letrina? 
¿O perro al que rehuye de trabajar? 
¿Y al hombre que es cobarde por qué gallina? 
¿Por qué conejo a aquello le han de llamar? 

¿Qué culpa tiene el toro de tu bravura? 
¿Qué nexo tiene el buitre con el ladrón? 
¿Y qué tiene la vaca con la gordura? 
¿O qué tendrá el caballo con tu adicción? 

Mancháis los animales con desperdicios 
y faltos de respeto y humanidad; 
¿qué culpa tienen ellos de vuestros vicios, 
si todos son perfectos en su verdad? 

Jesús María Bustelo Acevedo

domingo, enero 27, 2013

¡Va por ti, Miliki!





¡VA POR TI, MILIKI!

¡Va por ti, Miliki! ¡Va por ti!
El fantástico payaso de la tele,
ese misma que ahora viéndola nos duele
porque genios como tú no están allí.

¡Va por ti, Miliki! ¡Va por ti!,
que llenándonos de risas este mundo
demostraste que no hay nada más profundo
que lo mucho que contigo me reí.

Jesús María Bustelo Acevedo



lunes, enero 14, 2013

La más bella de las almas



LA MÁS BELLA DE LAS ALMAS

Ahora sé que mi guitarra
ya no es más una guitarra;
tan sólo me lo parece
cuando mis manos la abrazan
e ignorante doy por cierto
que ella carece de alma...
¿Cómo puede carecer
de aquello que enamorada
me ofrenda en cada canción
y siempre a cambio de nada?
¿Cómo creer, al sentir
tanta risa y tanta lágrima,
que tras su cuerpo sonoro
pudiera no haber un alma?
Mi guitarra, generosa,
igual que tú, disfrazada,
si no de carne, de sueños,
de prendas y de palabras,
sí de cuerdas y madera
que sin ella no son nada,
tiene, infinita y eterna,
la más bella de las almas.

Jesús María Bustelo Acevedo

sábado, enero 12, 2013

¡A Bailar!



¡A BAILAR!

Si obcecado por la ira
te seduce la venganza,
oye el canto de la lira
de tu alma y ¡venga, danza!

Si entre monjas y entre frailes
el rencor no se te cura,
¡oye el son de la Natura
invitándote a que bailes!

Y si un sentimiento feo
se repite y se repite,
¡déjalo que te lo quite
un dichoso bailoteo!

Las pasiones torpes, fatuas,
al que baila no le alcanzan,
¡que están muertas las estatuas
y están vivos los que danzan!

Jesús María Bustelo Acevedo