EL VALLE DE LÁGRIMAS
Llora el enfermo y el niño,
la moto y el diputado:
¡quien no lloró no ha mamado
de la teta del cariño!
Tanto llora, llora tanto
este mundo triste y feo
que no habrá para su aseo
más agüita que su llanto.
Ya que los chorros del oro
no sirven para limpiar
tanta miseria, ¡a llorar
y a limpiarla con tu lloro!
Jesús María Bustelo Acevedo