miércoles, marzo 19, 2014

La Voz



LA VOZ

Hermoso regalo, Helen,
que a los humanos les diste,
para que no se desvelen
y nadie se ponga triste.

Bravo por ti, y azucenas
de las que tú nos regalas,
que donde las almas buenas
no existen las mentes malas.

Y si de pronto algún listo
supone que nos engañas,
que busque la paz de Cristo
tras tus traviesas pestañas.

¡Gracias a ti y cuantos suman
con sabias palabras dichas,
disipando las desdichas
con milagros!, ¡Helen Schucman!

Jesús María Bustelo Acevedo

lunes, marzo 17, 2014

Invoco el Nombre de Dios



INVOCO EL NOMBRE DE DIOS

Invoco el Nombre de Dios
y mi propio nombre invoco,
y de esta manera toco
el corazón de los dos.

Que es la verdad lo que prima
en la plegaria sincera
para Aquel que es y que fuera
Quien desde Sí nos anima.

Son cosas de segundón
las vanidades del mundo,
que duran lo que un segundo
pues perecederas son.

Si hay error -y ya concluyo-
habrá que cambiar de tercio:
para el César el sestercio
y para el Señor lo suyo.

Que no es ni mucho ni poco,
sino lo cierto en los dos...
¡Invoco el Nombre de Dios
y mi propio nombre invoco!

Jesús María Bustelo Acevedo